La Carretera de Blue Ridge es uno de los recorridos más agradables a realizar dentro de los Estados Unidos de América y, aunque otras rutas puedan llevarse un mayor renombre turístico, la misma es considerada por muchos la más bella y atractiva de todo el territorio.
A través de la Carretera de Blue Ridge nos podremos adentrar en algunos de los tesoros mejor escondidos de los Estados Unidos de América y nos permitirá disfrutar de un largo trayecto lleno de rincones tranquilos y agradables, de espacios y de lugares de un atractivo especial, en definitiva, de un trayecto lleno de puntos pintorescos y de parajes vírgenes donde poder llegar a ver osos negros, ciervos y muchos más animales salvajes más.
Antes de emprender esta ruta por Estados Unidos deberás tener muy presente de planificarla con antelación y si puedes organizarla con tiempo intentar evitar los meses de invierno, pues en esos meses se corre el grave riesgo de encontrarse con muchos puntos cortados según las condiciones climatológicas del momento.
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Una carretera con historia
Adentrarse en esta carretera en otoño es adentrarse en un paraíso de luces otoñales que dan como resultado una paleta de colores ocre inmensas, pero detrás de toda esa maravilla paisajística se encuentra una ruta que tiene mucha historia y es que la ruta de la Carretera de Blue Ridge es una de las rutas clásicas por excelencia y una de las que más cariños le tienen los nacionales estadounidenses.
La ruta completa de la Carretera de Blue Bridge no llega a los 800 kilómetros y nos acerca a dos puntos tan intensos como son Virginia y Carolina del Norte. Para conseguir este hito que en la actualidad parece normal y que se ha visto más que superado por las carreteras más modernas y por otros medios de transporte en su momento fue necesario más de medio siglo para completar todo el trazado de esta.
Y es que la misma se empezó a construir en las primeras décadas del siglo XX, concretamente en el año 1935 en la época del presidente Flanklin D. Roosvelt y la misma no se finalizó por completo hasta ya casi las postrimerías del siglo XX, concretamente el fin de la construcción se decretó en el año 1987.
Los orígenes de la Ruta de Blue Bridge se asientan en la necesidad de la época de revitalizar una económica maltrecha y de un empleo destrozado a causa de una sociedad que justo en esos momentos acaba de vivir lo que fue la conocida como la Gran Depresión.
La Carretera de Blue Ridge no fue diseñada tan sólo como una carretera al uso, fue diseñada para que tuviese un fuerte componente paisajístico, casi artístico podría decirse, y una buena muestra de ello es que en la construcción de la misma participó, por ejemplo, el reconocido arquitecto paisajista el Sr. Stanley William Aboot.
En palabras del mismo arquitecto la carretera fue concebida como una especie de museo en planea libertad en el cual vivir la experiencia de una vida de granja, de cultura sencilla y de gran calidad de vida. Una mezcla de naturaleza, arte y cultura que pervive inmutable con el paso del tiempo.
Recorriendo la Carretera de Blue Ridge
La Carretera de Blue Ridge tiene uno de sus puntos clave en la milla 176, en este punto la parada es más que obligada pues se encuentra el molino de agua Mabri Mill. La construcción de este molino duró varias décadas a lo largo del siglo pasado y actualmente es un lugar de visita muy importante. Si se puede visitar en domingo resultará ideal pues ese día es el día semanal donde los músicos de la zona se reúnen en su entorno para deleitarnos con sus composiciones y puestas en escena.
Más allá de este punto en concreto, también resulta muy interesante de resaltar que la Blue Ridge es una carretera que recorre los montes Apalaches (por su parte meridional) y tiene dos puntos clave en esta zona: el Parque Nacional de Shenandoah en el estado de Virginia y el Parque Nacional de Great Smoky Mountains en el estado de Carolina del Norte.
Ambos parques nacionales reciben la friolera de más de 15 millones de visitantes (cifras del año 2015) y los mismos están gestionados por el servicio de Parques Nacionales de los Estados Unidos de América.
Pudiera parecer que ante tan avalancha de visitantes nos encontraremos con unos parques nacionales donde la tranquilidad no será precisamente una de las constantes, pero quienes piensen eso no pueden estar más equivocados pues gracias a la inmensidad del parque puede decirse que aglomeraciones es precisamente lo que no encontraremos.
Y es que se tiene que tener muy presente que la contemplación y la tranquilidad serán una constante en un parque que para ser bien visitado necesitaríamos más de una semana y que en su haber cuenta con casi 400 distintos miradores.
La ruta de Blue Ridge
Quienes estén pensando cuál es el mejor punto de partida de la ruta que vamos a hacer por la Ruta de Blue Ridge decirles que (aunque no es la única opción posible) lo más recomendable y habitual es empezar por Virginia y finalizar el recorrido en Carolina del norte.
A lo largo del recorrido de toda la ruta llegaremos a cruzar hasta un total de 176 puentes y pasaremos por debajo de 26 túneles, a su vez en el camino nos encontramos puntos de gran importancia como pueden ser las ciudades de calado como Roanoke, Boone y Asheville.
Pero no debemos olvidar nunca en ningún momento que los grandes atractivos de la Carretera de Blue Bridge se encuentran sobre todo en las zonas que no son urbanas (sin que ello quite el interés por visitar todos aquellos puntos urbanos mencionados y que nos vayamos encontrando), así por ejemplo el sendero de los Apalaches, un sendero mítico e interestatal que cruza nada más y nada menos que 14 estados, por lo que es todo un reto y un desafío para el visitante que se adentre en el mismo, aunque sea en un pequeño tramo.
Por todo el mundo es conocido que uno de los puntos clave de la conducción en coche por los Estados Unidos de América es la velocidad máxima a la que puede circularse. Esto es lógico y resulta una constante en casi todo el mundo pero las autoridades estadounidenses tienen una fama especial en hacer cumplir la legislación al respecto y el celo de estas es enorme, por ello no es raro encontrarse radares a lo largo del trayecto y si superamos la velocidad máxima permitida podemos encontrarnos con serios problemas ante la ley (y de nada nos servirá alegar nuestra condición de despistados turistas).
Para quien se lo esté preguntando la velocidad máxima en esta carretera es de 45 millas por hora (o lo que es lo mismo, unos 72 kilómetros / hora). Más allá del exceso de velocidad deberá tenerse especial precaución, como resulta obvio, en el cumplimiento de las demás normas de circulación y poner especial énfasis en no consumir alcohol mientras se está conduciendo ni cuándo se va a conducir ni todas las otras consideraciones que se puedan tener que tomar en valor.
Son muchas las actividades que se pueden realizar a lo largo de la ruta, así quienes gusten de montar a caballo encontrarán buenas propuestas durante el trayecto, lo mismo sucederá con quienes gusten de buenos observatorios de aves o de realizar interesantes rutas de senderismo, tal y como ya se ha visto, entre otras muchas actividades que podrían llegar a mencionarse.
La ruta de la Carretera de Blue Ridge es una ruta larga, una ruta que puede realizarse en un día sin detenerse, pero que no es lo habitual, pues se acostumbra a visitar puntos y lugares de interés. Por ello habrá muchas personas que deseen pernoctar en plena ruta, para aquellas personas que así lo deseen decirles que existen distintos alojamientos pero tan sólo existe uno que se encuentre abierto sin importar la época del año en la que se vaya a la zona, ese lugar está situado en la milla 86 de la ruta, se llama Peaks of Otter y tiene el gran atractivo de tener un lago en el cual incluso podremos ponernos a pescar si nos apetece.
Cuando el hambre aprieta se agradece encontrar puntos donde podamos detenernos a comer algo, al respecto existen a lo largo de la ruta 13 puntos de descanso perfectamente habilitados para poder realizar un buen picnic rodeados de la más exuberante naturaleza.
Y, por supuesto, toda buena ruta por carretera debe de ir acompañada de una buena banda sonora. Imaginemos esas icónicas imágenes de personajes recorriendo el país de punta a punta con una magnifica banda sonora de fondo. Siendo ello así no puede faltar la música en nuestro recorrido por la Carretera de Blue Bridge y el mejor exponente de la música local lo encontraremos en el Blue Ridge Music Center que se encuentra situado en Galax, en la zona de Virginia.